“No me voy a ir. Moriré como mártir”

23/Feb/2011

elpais.com.uy

“No me voy a ir. Moriré como mártir”

Gadafi contra las cuerdas. El líder libio se dirigió a los manifestantes: dijo que eran “drogadictos” y que “trabajan para el diablo” Amenazó con matar a sus detractores y hubo más bombardeos”Yo no me voy a ir. Al final moriré como un mártir”. El líder libio Muamar el Gadafi zanjó así, en un largo discurso en el que empleó un tono agresivo y desafiante, cualquier especulación sobre su salida del país, envuelto en una oleada de protestas.En una línea similar a la defendida por su hijo el domingo pasado, Gadafi cargó contra la comunidad internacional y las cadenas de televisión extranjeras que, en su opinión, distorsionan la realidad y “trabajan para el diablo”. “Este es nuestro país y el país de nuestros abuelos. No vamos a dejar que lo destruyan”, clamó.Gadafi no había hecho ninguna declaración desde el inicio de las protestas, hace una semana, al margen de una excéntrica y breve en la que negó rumores sobre su supuesta huida a Venezuela. Frente a esos escasos 20 segundos del lunes, ayer habló ante las cámaras durante más de una hora.En su discurso desde las ruinas del palacio destruido por los bombardeos de Estados Unidos en 1986, el líder libio diferenció la situación que vive su país con las revueltas de Túnez y Egipto que forzaron un cambio de régimen. “Los jóvenes que protestan no son culpables”, según Gadafi, y su actitud es “normal” tras ver lo sucedido en otros países, aunque matizó y dijo que entres quienes se manifiestan hay personas “malas” que distribuyen “dinero y drogas” a los jóvenes.”¿Conocen a alguien decente que participe en esto? No los hay, es gente que se droga y se emborracha”. Poco antes del discurso de Gadafi, el Ministerio de Defensa libio emitió un comunicado en el que desacreditó también a los manifestantes y atribuyó la violencia a “delincuentes manipulados por fuerzas externas incluida la red terrorista Al Qaeda”.”Los libios son libres puesto que el poder está en manos del pueblo”, según Gadafi, para quien si mañana hubiera una nueva República y una nueva Constitución no tendría “nada” en contra. “No soy presidente, soy líder de la revolución”, continuó, para subrayar su nula disposición a seguir los pasos de Ben Alí y Hosni Mubarak.El discurso se produjo tras el segundo día consecutivo en que el régimen se ha empleado a fondo, con cazabombarderos y helicópteros, para reprimir a los manifestantes. De acuerdo con los datos hechos públicos por Human Rights Watch, desde el domingo pasado han muerto 62 personas en la capital libia -otras organizaciones internacionales de defensa de los derechos humanos calculan 400; y el propio poder libio confesó ayer que murieron 300 en las manifestaciones-.”Los que se levanten en armas contra el país serán condenados a muerte”, retó Gadafi, quien negó que hasta el momento se haya usado la violencia, pese a la operación aérea iniciada el lunes. “Ni siquiera he comenzado a dar órdenes de usar balas; si necesitamos emplear la fuerza, la usaremos”.Gadafi también llamó a sus partidarios a defender su régimen y a luchar contra “las ratas” que siembran los disturbios. “La lucha se llevará a cabo calle por calle hasta que el suelo libio sea liberado”, enfatizó.El dictador explicó que los puertos y los aeropuertos se encuentran bloqueados y la vida está paralizada: “No hay combustible, la gente tiene miedo”. Y culpó de esta situación a Estados Unidos. “Los mismos que han destrozado Irak, Afganistán, Somalia… son los que han entrado ahora en Libia (…) No voy a permitir que Libia se convierta en Faluya”, sostuvo.Al margen del bloqueo en el que está inmerso Libia, el temor a que el caos rebase las fronteras llevó al Ejército egipcio a reforzar su presencia en la zona limítrofe entre los dos países. En este lugar se instalaron varios opositores al régimen, al igual que en Bengasi, la segunda ciudad del país, que se encuentra bajo control de los manifestantes, tras abandonar los militares sus cuarteles.Tras el discurso, el ministro del Interior libio, Abdel Fatah Yunis, a quien Gadafi había dado por muerto en su discurso, anunció su apoyo a lo que llamó la “revolución del 17 de febrero” y llamó a los militares a unirse a las protestas.Temor que crece. Libia se convirtió en menos de una semana en el escenario más sangriento de entre todos aquellos en los que, en África del norte y Oriente Próximo, ha prendido la llama del cambio en el mundo árabe. Los muertos civiles se cuentan por centenares y por millares los heridos a consecuencia de la implacable represión militar contra quienes piden el final de la dictadura en el desierto bañado en petróleo que Gadafi gobierna desde hace 40 años.Incluso en un país tan herméticamente sellado a la información como Libia, la masa crítica de la revuelta prodemocrática ha conseguido que la matanza se abra paso al exterior. Que se sepa que Bengasi, Trípoli y otras ciudades son ahora mismo escenarios de guerra y que se producen defecciones gubernamentales y castrenses en un régimen personal tenido por monolítico.El caos se ha instalado en el país norteafricano, crucial proveedor mundial de crudo, sobre el que planea la posibilidad de un enfrentamiento civil dada su desarticulación política, la inexistencia de una oposición organizada y la pérdida de control territorial por el Gobierno dictatorial.El ministro egipcio de Relaciones Exteriores, Ahmad Abul Gheit, aseguró ayer que en el aeropuerto de Bengasi, donde las pistas fueron bombardeadas lo que dificulta la evacuación de extranjeros, hubo fuertes enfrentamientos entre manifestantes oficialistas y opositores.Jerarcas renuncian y defienden la revueltaTRÍPOLIAltos responsables libios, ministros, diplomáticos y militares desertaron del régimen del general Muamar el Gadafi para expresar su oposición a la represión contra los manifestantes que piden la renuncia del autoritario mandatario.Del gobierno dimitieron los ministros de Justicia, Mustafá Abdel Jalil, para “protestar contra el uso excesivo de la fuerza”, según informó el diario libio Quryna, y el de Interior, Abdel Fatah Yunes, quien llamó “a las fuerzas armadas a responder a las demandas del pueblo libio”.También renunció el representante de Libia en la Liga Árabe desde hacía más de una década, Abdel Mo-neim al Hon, y cuatro embajadores: en Estados Unidos, India, Malasia y Bangladesh. Además, desertaron diplomáticos de China y Marruecos, y la embajada australiana rompió relaciones. AFPControles militares se extienden a otra ciudadTRÍPOLIMilitares libios fueron desplegados en “gran número” en la ciudad de Sabrata, luego de que los manifestantes destruyeron edificios de gobierno, informó el diario on line Quryna, del hijo del presidente Muamar Gadafi, Seif Al-islam.Situada cerca de 80 kilómetros al oeste de la capital, Trípoli, Sabrata es un sitio turístico muy famoso por sus ruinas romanas.Según el diario, los manifestantes incendiaron oficinas y sedes de la seguridad, investigaciones criminales y comités revolucionarios.También destruyeron todos los retratos de Gadafi, de quien hace ocho días están pidiendo que dimita, tal co-mo ocurrió con la caída de los regímenes de Túnez y Egipto semanas atrás.A diferencia de este último, donde el Ejército justificó los reclamos populares, en Libia las fuerzas armadas respaldan al oficialismo, lo que ayuda a mantener firme en el poder a Gadafi. ANSA